Resumen:
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Aunque parezca un poemario de viajes, con la impresionante multiplicidad cultural de los territorios urbanos brotando uno tras otro, Ciudades impone un mapa de la aventura poética. En cierto modo, el yo se prodiga en itineranticas que hace de cada cuidad una interrogante sobre los avatares del existir. Por eso, tiempos y dimensiones históricas tan distintas como las que atraviesan Jerusalén, Amsterdam o Salto, son zurcidos por una interioridad que desde su propio flujo temporal mueve el deseo de reconstruirse haciéndose memoria. Así, la experiencia poética es indisociable de la del tiempo. Los sitios visitados, reconstruidos en estampas de identidad incanjeable, desde las que el yo se recuerda, de pronto dan lugar a un espesor intenso que puede sentirse como el de una visitación de sí. El estilo asertivo de la poesía de Garet aflora mediante el confluir de marcas anecdóticas que conviven con reticencias cuyo laconismo deviene en sugestividad. La tensión resultante promueve dos certezas: que estas ciudades son tan consistentes como fantasmáticas; y que, enclavada en un leguaje poético, la experiencia condensa, mucho más que un testimonio de viaje, el sentido se du vuelo.
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